Epicentro de las artes, capital gastronómica y comercial, marcadora de tendencias... Nueva York ostenta muchas coronas y despliega su gran fiesta para todos. Con una oferta de ocio casi infinita, la ciudad que no duerme invita a zambullirse en ella: basta salir a la calle y dejarse llevar, de día o de noche. Nueva York siempre llevará mil y una etiquetas que intentan reflejar la energía, la creatividad y la pasión que destila a raudales. 
¿Cómo puede una ciudad tener tanta suerte? Muchas tienen un par de cosas interesantes, pero Miami parece tenerlo todo. Además de espectaculares playas y su distrito art-déco, la cultura surge en cada esquina. En las salas de fiestas, los expatriados de La Habana bailan al ritmo del son y los boleros; en los clubes nocturnos, modelos brasileñas bailan hip-hop latino; y en los parques, los viejos juegan al dominó.