Bonita, desafiante e intensa, Argentina seduce con tango callejero, olorosas parrillas, fútbol, cultura gaucha y los imponentes Andes. Es un formidable cóctel de pasiones. Llegar a Buenos Aires es como saltar de un tren en marcha. Esta moderna metrópoli va a toda velocidad, impulsada por la efervescencia de las concurridas terrazas de sus cafés o de sus silenciosos parques, alfombrados de moradas flores de jacarandá en primavera. Desde las impresionantes cataratas del Iguazú, en el norte subtropical, hasta el atronador y restallante avance del glaciar Perito Moreno, en el sur, Argentina es un inmenso país de maravillas naturales donde la diversidad es una parte importante. Cuenta con los picos más altos de los Andes, pero también posee ricas zonas pantanosas, desiertos de color óxido, lagos intensamente azules y áridas estepas en la Patagonia. Su fauna es variadísima, con pingüinos, flamencos, capibaras, osos hormigueros gigantes, ballenas, guanacos y muchos más animales.